Amsterdam, a nivel popular, es conocida principalmente por dos peculiaridades que aquí son toleradas y que no se dan en casi ninguna parte del mundo: el consumo de cannabis y el ejercicio de la prostitución. El ayuntamiento calcula que un 35% de los turistas acuden al menos a un coffeeshop durante su estancia.
La relación de la ciudad con la marihuana es un tanto especial pues no deja de ser considerada una sustancia ilegal. Existe una política de tolerancia hacia ella con el fin de regular su consumo, venta y posesión. Estas son las reglas básicas a tener en cuenta:
Consumo
Toda persona mayor de 18 años, sea turista o residente, puede consumir marihuana en Amsterdam. Se puede fumar sin reparos en los coffeeshops, pero también es posible realizarlo al aire libre. La única condición es que no se perjudique ni se moleste a nadie alrededor, es decir, que no se pueda quejar nadie por el humo. Por el contrario, no está permitido fumar en parques infantiles y centros educativos.
Posesión
Llevar encima varios gramos de marihuana o tenerlos en casa es completamente legal, siempre y cuando no se superen los 5 gramos por persona.
Cultivo
Se permite cultivar un máximo de 5 plantas para consumo personal y no profesional. Se considera que el cultivo es profesional cuando existe más de un aparato técnico que facilite el crecimiento de las mismas (luces especiales, extractores, etc).
Coffeeshops
Un coffeeshop es un establecimiento que no vende alcohol y tiene permitida la venta de drogas blandas (productos relacionados con la marihuana). En caso de vender alcohol lo tiene que hacer en zonas separadas y su stock de cannabis no puede superar los 500 gramos.
El primer establecimiento de este tipo es el Bulldog de la calle Oudezijds Voorburgwal que fue abierto en 1975. Desde su boom en los años 80 existe una relación de amor-odio por parte del ayuntamiento. Su prohibición supondría el aumento del tráfico ilegal y la criminalidad, aparte de la reducción del número de turistas. No obstante se intenta que su número disminuya con los años: en estos momentos quedan 155 aproximadamente.
Y es que el negocio de la maria está evolucionando hacia asociaciones como el Tree of Life. Estos clubs privados siguen el mismo modelo que los de Barcelona, en los que hay que ser socio para poder acceder. Se supone que la ventaja de estas asociaciones radica en una mayor calidad de los productos y un menor precio en comparación a los coffeeshops.
Y para finalizar, un mensaje a todos aquellos turistas que compran en las tiendas de souvenirs los típicos chupachups y galletas: no hace falta que los escondáis en las maletas como si fueran drogas, ni tampoco hace falta que os sintáis héroes o malhechores por haberos comido un caramelo de maría. Estos productos no contienen THC, que es la sustancia que “coloca” en la marihuana y por lo tanto son completamente legales fuera del país.
Foto de: Pedro Fabian en Flickr
Los datos han sido recopilados de distintas fuentes, siento la web del ayuntamiento la principal.