Si podemos disfrutar de Amsterdam sin trajes de neopreno es gracias a la perseverancia y el ingenio holandés. Supongo que ya lo sabéis, pero no está de más recordarlo: esta ciudad se encuentra en gran parte entre 2 y 4 metros bajo el nivel del mar, en lo que antaño fue puro mar abierto. Hay un dicho popular que lo resume de forma acertada: “Dios creo la Tierra y los holandeses crearon los Países Bajos”
El proceso para el secado de la tierra fue inventado en la Edad Media, y consistía en la construcción de diques delimitando un terreno. Para retirar el agua y evitar la creación de zonas anegadas por el barro se utilizaban bombas mecánicas que funcionaban gracias al viento, los conocidos molinos. Una red de canales servía para que el agua circulara hacia los mismos.
Estos terrenos son los llamados pólders, dedicados principalmente a la agricultura o actividades portuarias, y que con el paso del tiempo y el crecimiento de la población, han dado paso a nuevos terrenos urbanos. Son también el origen de una potente industria holandesa basada en la ingeniería marina que se dedica a ganar de terrenos al mar, con proyectos tan famosos como las Palm Islands en Emiratos Árabes.
Por todo el país pueden encontrarse pólders pero en Amsterdam ciudad no quedan apenas. Hace poco descubrí unos del siglo X conservados en su estado original. Están en la zona de Nieuw-West de camino a Haarlem, aunque fácilmente alcanzables en bicicleta o transporte público. Son los llamados Osdorper Binnenpolder, un recuerdo del antiguo paisaje de la zona y que tras varios planes urbanísticos se han logrado preservar a modo de espacio natural. Ya no se utilizan como campos de cultivo y en sus inmediaciones puede visitarse uno de los ocho molinos que quedan en la ciudad.
Son un plan ideal para ver en un día soleado y de paso un plan alternativo para recorrer una zona que poca gente visita. Si tienes suerte podrás ver varias especies de animales, entre otros zorros, ovejas, patos, garzas, agujas colinegras, ratones silvestres, buitres, cuervos y conejos.