Amsterdam sorprende y más cuando se visita por primera vez. Canales, edificios inclinados, coffeeshops, ciclistas suicidas, carne expuesta tras escaparates… y si miras hacia abajo alguna que otra mariquita. Y no me refiero a la plaga de insectos de verano, ni al insulto utilizado en España. Me refiero a las losas de la acera que tienen una mariquita dibujada.
Me las encontraba en tanto sitios que me dio por preguntar e investigar hasta que di con su significado: ni son arte urbano ni tienen función estética alguna, son un acto reivindicativo en contra de la violencia sin sentido (en holandés: Zinloos Geweld).
La historia se remonta a los años 90 en los que una serie de asesinatos revolvieron a la sociedad holandesa. Un grupo de ONGs se unió para sensibilizar a la sociedad y decidió simbolizar su lucha con la imagen del insecto.
Este término abarca cualquier acto de violencia gratuita que no tenga un motivo aparente, aunque en estos últimos años las campañas se han centrado más en frenar el auge de los casos de acoso escolar o bullying. Incluso se vende merchandising para subvencionarlas.
Así que a partir de ahora, si os da por subir una foto de una a internet ya sabéis: #zinloosgeweld